martes, 14 de febrero de 2012

San Valentín


Fiesta cuyos orígenes se remontan a la época del Imperio Romano donde se prohibió el matrimonio de los jóvenes con la excusa de que los solteros eran mejores soldados. Ante el dictamen del emperador Claudio II, un sacerdote llamado Valentín consideró que esto era injusto y celebraba en secreto matrimonios a jóvenes enamorados. Sus actos fueron descubiertos y Valentín fue encarcelado, martirizado y por último ejecutado.

Sin embargo sus orígenes y el verdadero sentido del día de San Valentín se han ido perdiendo con el paso del tiempo, al igual que ocurre con la Navidad, esta fiesta se ha vuelto una excusa para que las grandes industrias creen una necesidades que no existen en el consumidor y este acabe convencido de que debe hacerle un regalo a su enamorado.

Cada vez salen al mercado más “detalles” para regalar el día de San Valentín y el consumidor, tal y como las empresas esperan ,queda fascinado y sucumbe ante el tópico de esta fiesta comprándole algo a su pareja con la mejor intención para demostrarle su amor y fidelidad. Pero no se da cuenta que este es un día cualquiera, que ese regalo se lo podría haber hecho otro día, sin necesidad de que sea esta fiesta llamada “de los enamorados” pero que verdaderamente se trata de una fiesta de las grandes empresas que este día hacen negocio a costa de ese santo llamado Valentín.

No hace falta hacer un regalo para demostrar nuestro amor, cierto es que a todos nos gusta que nos regalen cosas, pero ¿Por qué este día? Tu pareja no va a ser más perfecta este día, tendrá exactamente el mismo amor que ofrecerte cualquier otro día y os amareis igual sea la fecha que sea, sin importar el día o el lugar.

lunes, 13 de febrero de 2012

Soledad



Mirar a tu alrededor y no ver a nadie, sombras que pasan y que no te inspiran nada. Frustración, soledad, te sientes rara y ves como el mundo sigue girando y tú no vas a su ritmo. 
Relaciones que se rompen y otras que surgen, nacimientos y muertes, risas, llantos, todo te parece tan lejano, tan extraño, no participas en ese festival de la vida, te sientes más allá de eso.

Sientes un vacío enorme, un nudo en el estómago, unas ganas desmedidas de llorar y salir corriendo hasta llegar a tu cama, tumbarte y dejar que una a una las lágrimas desfilen por tu rostro y se lleven con ellas toda la amargura que hace teñir de negro tu mundo.

Porque a veces no está mal llorar, porque después de la tempestad siempre llega la calma…